Salvando el contexto del momento histórico en el que el Profeta Isaías escribió este oráculo, sus menciones, sus causas hoy un tanto modificadas y sus consecuencias, muy bien se podría utilizar la enseñanza y analizarla a la luz de los momentos y los ayes que estamos viviendo y se vislumbra se vivirán.
Escucha la Biblia:
”¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo;
porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.
Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles.
Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.
No habrá entre ellos cansado,
ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño;
a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus sandalias.
Sus saetas estarán afiladas, y todos sus arcos entesados;
los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal,
y las ruedas de sus carros como torbellino.
Su rugido será como de león; rugirá a manera de leoncillo, crujirá los dientes, y arrebatará la presa; se la llevará con seguridad, y nadie se la quitará.
Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.“
Isaías 5:18-30
Obsérvece las causas del Pueblo de Israel en aquel entonces y la de nuestras sociedades con sus variantes, sustituya algunos elementos de batalla y situaciones particulares y verá el eje de cambio pero que gira en la misma base de la maldad social.
¿Acaso no tenemos nuestros ayes?
¿Acaso no responden a causas o razones fundamentalmente parecidas?
¿Acaso no sabemos que el Dios en tiempos de Isaías es el mismo que el de nuestros tiempos?
¿Si la Iglesia no toma posición, no se alerta, no se informa de y para defender la verdad, entonces, quién?
Hagamos conciencia
Ps.J.R.R.
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