COSECHADOS VIVOS – EL SECRETARIO KENNEDY DECLARA LA GUERRA A LOS HOSPITALES ESTADOUNIDENSES ⁿᵉʷˢ Barron Trump 🇺🇸 @BarronTNews_
- Frank Rodz
- 9 ago
- 2 Min. de lectura
Una bomba ha destrozado la fachada de la atención médica "compasiva" de Estados Unidos. El 7 de agosto de 2025, el secretario Kennedy expuso un crimen tan monstruoso que desgarra el alma de la nación: hospitales estadounidenses han estado sustrayendo órganos de pacientes AÚN VIVOS. No con muerte cerebral. No muertos. Vivos. Respirando. Y abiertos para obtener ganancias. "Esto es horroroso, y se acaba ya", declaró Kennedy. No era un rumor. Era una admisión directa de la máxima autoridad de salud pública. El gobierno ha confirmado que la muerte en Estados Unidos se ha redefinido para alimentar un mercado negro multimillonario de partes humanas. Durante décadas, los hospitales funcionaron como fábricas de la industria de la muerte, presionados por los cárteles de la obtención de órganos para declarar la "muerte cerebral" precozmente, desdibujar las líneas diagnósticas y hacer que el bisturí cayera antes de que el alma abandonara el cuerpo. A los médicos se les decía: "Si el corazón aún late, hay que extraerlo de todos modos". Los equipos legales tergiversaban las definiciones. Las familias eran engañadas. El consentimiento era una formalidad. Y cada órgano robado significaba otro día de pago en una cadena de suministro que convertía la vida humana en inventario. Kennedy no habla de reformas. Habla de una purga federal. El Departamento de Salud y Servicios Humanos ha desatado: Auditorías inmediatas a nivel nacional de los programas de trasplantes Suspensiones de licencias para hospitales vinculadas a la recolección prematura Remisiones penales al Departamento de Justicia Exposición de colusión entre OPO y juntas de “ética” La pregunta ahora es: ¿Cuántos fueron asesinados por motivos científicos y lucrativos? ¿Cuántos fueron declarados "muertos" solo porque sus órganos eran necesarios? ¿Cuántas familias lloran a seres queridos que estaban vivos en la mesa de operaciones, muriendo bajo las brillantes luces del hospital mientras sus cuerpos eran despojados? Esto no son unos pocos actores deshonestos. Es sistémico. Hospitales. Universidades. Organizaciones sin fines de lucro. Aseguradoras. Todos bajo la lupa. Sin inmunidad. Sin escapatoria. La promesa de Kennedy es quirúrgica y despiadada: cualquier institución atrapada enfrentará una descertificación total, la confiscación de autoridad federal, la expulsión permanente de las redes de trasplantes y un procesamiento bajo las leyes de homicidio. Se ha quitado la máscara. La podredumbre ha quedado al descubierto. Estados Unidos se enfrenta a un asesinato médico, y para quienes se beneficiaron mientras aún latían sus corazones, no habrá anestesia.
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